Seguridad en la pileta

Si nuestra familia está integrada por niños chiquitos y/o mascotas, demás está decir que nuestra piscina debe disponer de alguno de los dispositivos de seguridad que se encuentran disponibles en el mercado.

Actualmente, la gran demanda de vallas y cercos para piscinas ha provocado la producción de una gran diversidad de modelos que no sólo cumplen con las normas de seguridad requeridas sino también que son agradables a la vista y no rompen con la estética de nuestro jardín.

Antes, se pensaba que para brindar seguridad, las vallas debían ser bien altas y robustas, pero esto implicaba que la pileta se pierda detrás de cercos y barreras, dando una sensación de encierro a quienes nadaban en ella.

Ahora, por el contrario, tenemos acceso a muchos ejemplares, de distintos materiales, colores y funcionalidades, que permiten que nuestra piscina sea segura sin necesariamente perder su encanto.

Así, entre las más consumidas, nos encontramos con vallas de plástico, de madera, las enrejadas, las que contienen paneles transparentes, las de alambrado romboide y aquellas removibles.

A la hora de elegir, es fundamental tener en cuenta cuál de las opciones se ajusta más a nuestro jardín y si nos brinda la seguridad que estábamos buscando.

Una vez resuelto esto, debemos saber que la altura mínima de los cercos es de un metro y la separación entre cada uno de ellos de doce centímetros.

Asimismo, para que los niños no sepan abrir la puerta de acceso del vallado, es importante la colocación de una cerradura especial. Las son una buena elección debido a su sistema de cierre: éste se activa cuando la puerta llega al punto de cierre, debiendo destrabarla con una perilla que no se encuentra al alcance de los infantes. También se fabrican cerraduras con un trabas magnéticaspasador interno de doble acción, muy difícil de abrir por los chicos.

Generalmente, el mantenimiento de estos sistemas de seguridad es muy simple y ligero. Sólo con un trapito húmedo podemos limpiarlos y nunca está demás una capa de pintura extra para sumarles una cuota de durabilidad y resistencia a los agentes climáticos.


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