02 julio 2009

Chimeneas


En tiempos pasados, las chimeneas ocupaban un distinguido lugar en la cocina porque su función no era sólo la de calentar sino también la de cocinar. Hoy, lejos de esta originaria funcionalidad, nos las topamos en el living o la sala de estar, pues su impronta es altamente decorativa, brindando una especial calidez al ambiente donde se encuentran.

La chimenea puede estar encastrada en la pared, apoyada sobre ésta o ser una unidad exenta dentro de la sala. También puede ser ubicada sobre una columna y así utilizarla como extractor de humos hacia el exterior.

Los diferentes materiales para construir una chimenea tienen que ver con el estilo que le queremos conferir a nuestro hogar. De esta manera, si queremos un estilo cálido y sofisticado, la
piedra o la madera son buenas opciones.

Son muchos los tipos de chimenea existentes en el mercado. Po este motivo, a continuación,
Terrenos y Quintas ofrece una breve descripción de cada uno de ellos.

- Tipos de chimeneas en cuanto a su material de construcción
Las hay de
cemento, de madera, piedra francesa, piedra parís, ladrillo, mármol y hierro negro. Su elección tendrá que ver con el estilo de nuestra propiedad, con la funcionalidad propia de la chimenea y con el presupuesto económico que dipongamos.

- Tipos de chimeneas en cuanto a su forma de combustión
Hay dos maneras:
combustión de gas y combustión de madera.
La primera es muy práctica, cómoda y fácil de utilizar: apretando sólo un interruptor conseguimos que los leños de gas se prendan al instante. Éstos son más seguros y convenientes a la hora de su mantenimiento, pues no producen brazas ni cenizas como los leños naturales. Su única desventaja es que, justamente, por más natural que sea su apariencia, éstos realmente no lo son.
La combustión de madera tiene como ventaja principal su naturalidad y el poco gasto que requiere. Sin embargo, necesita permanente mantenimiento y muchísima limpieza.

- Tipos de chimeneas en cuanto a su diseño
Actualmente, encontramos tres diseños de chimeneas distintas que dependen de la forma de su colocación.
De cuerpo saliente: la chimenea se adosa a la pared, coincidiendo la pared posterior de la chimenea con la pared de la habitación.
De medio empotre: la pared posterior de la chimenea se empotra a media pared, sobresaliendo el resto de la chimenea.
De empotre total: la chimenea se empotra completamente en la pared, quedando su orificio al ras de la misma, dando la sensación de que la pared estuviera ahuecada.

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