El sonido es muy influyente en nuestra forma de vida: puede ayudarnos a vivir armoniosa y relajadamente, o por el contrario, puede estresarnos y ponernos muy nerviosos.
Desde tiempos ancestrales, la música y los sonidos han jugado un papel determinante para el Feng Shui y para el pensamiento chino. Cada nota y cada instrumento musical están asociados a los fenómenos y los ciclos de la naturaleza, así como a las actividades humanas, sus anhelos y emociones.
La premisa básica de esta práctica oriental es crear armonía en las distintas construcciones humanas, y para conseguirla, no es suficiente con sólo emplear el Feng Shui en el diseño de nuestra casa, la disposición de su mobiliario y los distintos esquemas cromáticos elegidos. El sonido también es parte fundamental de nuestro entorno, permitiéndonos cambiar por completo el ambiente de cualquier lugar.
Así, para vivir en armonía, una buena opción es disimular aquellos ruidos molestos que no podemos evitar y tanto daño nos ocasiona (como los del tráfico, extractores y otros aparatos eléctricos).
Esto es posible mediante el uso de aquellos adornos decorativos que el Feng Shui nos ofrece. Son dos los más utilizados: las pequeñas fuentes de interior y los móviles de caña o de metal.
Las primeras, gracias a su sonido de agua en permanente movimiento, permiten imaginarnos en el mar, rodeados de naturaleza, aves y arena, provocándonos una grata sensación de paz y tranquilidad.
Los segundos, mediante el repiqueteo de sus varas, moderan el flujo de la energía “chi”, generando equilibrio y armonía. Pueden ser utilizados tanto en el interior como en el exterior de nuestra vivienda, ya que en ambos sectores surten el mismo efecto: filtran la energía discordante denominada “star chi”.
Para concluir, ¿qué mejor que llegar a tu hogar, después de un arduo día laboral y del estrés de la calle, para poder relajarte con el sonido del mar y de la naturaleza? Fomentá tus ganas de disfrutar la vida con energías positivas del Feng Shui.
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