03 julio 2009

Calefacción Hogareña


Llegó el invierno y con él las bajas temperaturas… Es tiempo de calentar la casa! Actualmente, gracias a los avances tecnológicos, son muchas las opciones que disponemos para aminorar el frío.

Sin dejar de lado las tradicionales estufas, la gran variedad de nuevas alternativas y sus distintas funcionalidades nos permite satisfacer cada una de nuestras necesidades.

A la hora de comprar un aparato climatizador, es imprescindible tener en cuenta el lugar donde lo colocaremos, la cantidad de energía que consume, cuanto dinero pensamos invertir y la complejidad de su mantenimiento.


Opciones


• Estufas


Encontramos de dos tipos: los caloventores portátiles y las de tiro balanceado.

Estas últimas, al ser fuentes de calor estáticas, no renuevan ni tratan el aire interior; y al estar empotradas en las paredes indefectiblemente las manchan.

Por su parte, las portátiles, si bien son las más económicas del mercado, presentan serias desventajas ya que aportan humedad, dióxido y monóxido de carbono al ambiente; y consumen el oxígeno que respiramos.

Asimismo, son propensas a incendiarse mediante alguna pérdida de gas o en presencia de otro producto inflamable que tome contacto con la llama del piloto.

Por el contario, las estufas de tiro balanceado, realizan la combustión desde y hacia el exterior, lo que las hace más seguras pero menos eficientes, ya que desperdician entre un 25% y un 50% del calor que generan.


• Calefacción por agua


Estos sistemas funcionan de dos maneras: a través de elementos generadores de agua caliente y por agentes de transmisión de calor, como pisos y zócalos radiantes y radiadores.


En Europa, la última tendencia en climatización por agua son los denominados chillers de frío-calor, que funcionan simplemente por conexión al sistema de cañerías de agua, brindándonos calor en invierno y frío en verano.


Por otro lado, los agentes de transmisión de calor pueden ser estáticos, como los pisos radiantes o radiadores, o de convección, denominados fancoils.


Los primeros, funcionan mediante cañerías embutidas en el piso, por donde corre agua caliente. Al igual que las estufas, contaminan el aire que respiramos, no controlan la humedad y no se pueden utilizar para refrigerar.


Por su parte, los fancoils están preparados para brindarnos calor y frío, poseen ventiladores que permiten renovar el aire, filtrarlo, humidificarlo y hasta ionizarlo. Además, al transmitir calor por convección, el sistema llega a una temperatura ideal rápidamente, permitiendo un mayor ahorro de energía.


• Calefacción por aire


Superior a los demás sistemas, la calefacción por aire posee muchísimas ventajas: se obtiene la temperatura deseada rápidamente, controla la humedad y pureza del aire, distribuye el frío o el calor de forma uniforme, no mancha las paredes y brinda una total seguridad en su funcionamiento.


Asimismo, los dispositivos de aire acondicionado frío/calor poseen una gran cantidad de opciones programables, como el encendido o apagado automático a una determinada hora y a una determinada temperatura, son de fácil colocación y su mantenimiento es nulo.


También, existen sistemas de flujo de refrigerante variable (VRF), que a través de su avanzada tecnología Inverter, ayudan a ahorrar más energía, adaptando y regulando el aire frío/caliente a las necesidades exactas del usuario, consiguiéndose, de esta manera, un clima óptimo de confort.



A tener en cuenta…


Todos los que han vivido en una casa de dos plantas o en un duplex, saben lo difícil que es calefaccionar la planta baja. Por física, el calor sube. ¿Cómo ir, entonces, contra la naturaleza y hacer que el calor baje? Sencillo, con un ventilador de techo con giro inverso. Así, al girar en sentido contrario, se genera una corriente de aire que absorbe el calor de la capa inferior y hace que el aire de la capa superior baje.

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